jueves, 21 de mayo de 2009

Sector Terciario **!!



El sector económico que se dedica a la prestación de servicios a las personas y a las empresas de tal manera que puedan dedicar su tiempo a trabajar o al ocio, sin necesidad de hacer todas las tareas que requiere la vida en una sociedad desarrollada.
El sector terciario se dedica, sobre todo, a ofrecer servicios a la sociedad, a las personas y a las empresas. Lo cual significa una gama muy amplia de actividades que está en constante aumento. Esta heterogeneidad abarca desde la tienda de la esquina, hasta las altas finanzas o el Estado. Es un sector que no produce bienes, pero que es fundamental en una sociedad capitalista desarrollada. Su labor consiste en proporcionar a la población todos los productos que fabrica la industria, obtiene la agricultura e incluso el propio sector servicios. Gracias a ellos tenemos tiempo para realizar las múltiples tareas que exige la vida en la sociedad capitalista de
consumo de masas: producir, consumir y ocupar el tiempo de ocio.
El sector servicios aumenta progresivamente con el desarrollo de la sociedad capitalista. Durante el
Antiguo Régimen era muy escaso, reduciéndose a las ferias locales, la Administración del Estado y poco más. Comienza a aumentar con los inicios de la revolución industrial, y con la concentración de la población en las ciudades, que hace aparecer en ellas las tiendas permanentes, los servicios bancarios, etc. Además, la Administración del Estado se vuelve más compleja. Se tiende a mejorar la gestión y distribución de los bienes, pero el aumento espectacular se da tras la segunda guerra mundial y el desarrollo del Estado del bienestar. Actualmente es el sector que más contribuye al PIB y el que más población activa ocupa, llegando hasta el 90% en países pequeños y ricos, como Luxemburgo o Bélgica.
Esta inflación de servicios se debe a la producción de bienes de consumo por parte de la industria y a la inversión en servicios. Durante los años 80 y 90 también se ha producido un aumento espectacular de la productividad en los servicios, gracias a las nuevas tecnologías, y sobre todo a la
informática. El exceso de capitales, fuerza de trabajo y mercancías producido, no se puede transferir a otros sectores, lo que implica un aumento del paro espectacular, y estructural, y una inflación de los servicios, único sector con capacidad de crecer a corto plazo.
Pero tener unos porcentajes altos de población activa en el sector servicios no es exclusivo de los países ricos, sino que también en el
Tercer Mundo hay esos mismos índices de trabajadores en este sector. La diferencia está en que en el Tercer Mundo no hay industria que sostenga el desarrollo de los servicios, y la mayoría de ellos son servicios personales, domésticos o actividades sumergidas. Es la existencia de grandes ciudades en los países subdesarrollados lo que propicia esta situación, junto a las grandes desigualdades sociales

miércoles, 25 de marzo de 2009

Sector Secundario De la Economia Colombiana*!


La industria colombiana se concentra básicamente en tres ciudades (Bogotá, Medellín y Cali), siendo la capital la que se ha convertido en el mayor centro productivo y económico del país. Conviene destacar que otras ciudades que van teniendo una notable presencia industrial en sus áreas de influencia son Barranquilla y Cartagena. Colombia, como la mayoría de los países iberoamericanos, ha conocido un gran desarrollo industrial, especialmente manufacturero, que comienza en el decenio de los setenta y que durante años ha venido diversificando su producción apoyado en una política de substitución de las importaciones y en el crecimiento de la demanda interna, así como por los nuevos regímenes restrictivos a las compras en el exterior. Como complemento, el Gobierno alentó y puso en marcha aquellos sectores productivos de menor interés para el sector privado, aunque representaban campos industriales y estructurales de indudable importancia para el desarrollo del resto de la economía nacional. Mediante esta política, el país ha logrado el autoabastecimiento de la mayoría de los bienes y servicios de consumo, incluidos capítulos tan importantes como el textil y la confección, el acero, los metales, la refinación de petróleo, las artes gráficas, la alimentación, los automóviles, los productos petroquímicos, etc.
En Colombia la industria manufacturera venía operando con elevados sistemas proteccionistas, beneficiándose incluso de importaciones exoneradas de impuestos, principalmente de componentes y materiales para su incorporación a los diferentes procesos industriales. En los últimos años se ha llevado a cabo el desmantelamiento de dichos sistemas, eliminando las barreras arancelarias y liberalizando en gran medida el comercio; una vez superado el impacto inicial de estas medidas, se ha provocado un incremento de la productividad, que, junto a una reducción en los costos de operación, ha permitido una mayor competitividad de los productos nacionales y como consecuencia un aumento de las exportaciones no tradicionales. Este programa, denominado "Apertura Económica", viene siendo la piedra angular del actual desarrollo industrial del país. Entre los años 1990 y 1994 el desempeño del sector fue positivo pero, por contra, basó su dinamismo en el fuerte crecimiento de la demanda interna asociada al auge de la construcción y, en menor medida, al crecimiento también espectacular de la demanda de vehículos automotores. En 1995 el crecimiento de la producción de la industria manufacturera alcanzo una tasa del 3,5%, inferior en 1,4 puntos a la del año anterior; estos signos de desaceleración persistieron durante el año 1996. La producción industrial, sin incluir el proceso de trilla del café, experimentó un saldo negativo del 3,36%. Según los estudios realizados por el Gobierno, los factores que han limitado el crecimiento del sector en este período estuvieron asociados con la falta de demanda, los altos costos financieros, la lenta rotación de cartera y el contrabando. En el año 1997 se volvió a retornar a la senda del crecimiento (2,5%); por último, en enero de 1998 se alcanzaba una tasa de crecimiento de la producción real industrial superior al 8%.
Analizando la evolución sectorial del presente decenio, hay que resaltar los siguientes comportamientos: continuidad de la dinámica productiva en los sectores de derivados del petróleo y alimentario, que alcanzaron crecimientos más altos que la media hasta 1996; y, de igual forma, el sector textil mantiene su tasa de crecimiento en un nivel elevado, incluso en 1996, cuando todos los demás registraron resultados negativos. En 1997 la inversión extranjera en el sector de la industria manufacturera representó el 21,8% del total recibido por Colombia, reflejando un ligero descenso con relación al año anterior cuando representó el 34,4% del total. La inversión extranjera total acumulada en el sector de manufacturas hasta 1997 superaba los 4.000 millones de dólares, cantidad equivalente al 36,8% del total de la inversión extranjera realizada, exceptuando el sector petrolero.

Sector Primario De La Economia Colombiana*!




Colombia es un país privilegiado por la variedad de climas que posee y por el posible uso, aún no explotado convenientemente, de gran parte de su territorio. Así, de acuerdo con el último estudio sobre zonificación agroecológica, el país tiene un potencial agrícola de 14.274.000 hectáreas, extensión equivalente al 12% de la superficie nacional. Estadísticas recientes indican que el uso agrícola de la tierra se da en 5.320.000 hectáreas, de las cuales cerca de un millón corresponden a cultivos cafetaleros, dato que arroja un claro indicio de la posibilidad de expansión de la frontera agrícola. El trópico cálido representa alrededor del 82% del territorio nacional (93.257.000 hectáreas); en la franja cálida húmeda y muy húmeda se encuentra situado el 96% de las selvas y sabanas; por su parte, en la franja cálida subhúmeda y seca se concentra la mayor intervención de cultivos comerciales de algodón, arroz, caña de azúcar, sorgo, soja, ajonjolí, maní y frutas tropicales.

El sector agrícola ha sido uno de los pilares de la economía colombiana durante muchos años; no obstante, el sector ha sufrido en mayor medida que otros la adaptación al proceso de apertura económica que se viene realizando en los últimos años. Frente a los pobres resultados obtenidos en años anteriores, la crisis del sector comienza a recuperarse a partir de 1993 al variar las condiciones climáticas, después de un año 1992 de intensa y prolongada sequía. Sin embargo, sufrieron descensos de producción -algunos muy importantes- ciertos productos agrícolas que compiten con las importaciones o que dependen primordialmente de la demanda externa, como el algodón o el café; éste último se resintió gravemente con el descenso de los precios durante el período anterior y con el desmantelamiento del sistema de subsidios a los fertilizantes, factores que llevaron a descuidar las prácticas de cultivo y desestimularon las nuevas siembras.
Los anteriores factores se reflejaron en la aportación del sector al producto nacional en 1992 (-1,84%) y su incorporación al crecimiento a partir de 1993 (3,24%), situación que prosigue en años sucesivos, aunque en 1996 se experimentó nuevamente un descenso del 0,21%.



Según los datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, los indicadores de producción agrícola muestran una franca recuperación en casi todos los rubros de la producción, excepto los referidos al algodón y al café, que sufren descensos bastante acentuados cercanos al 50% en el primero y al 11% en el segundo, aunque en éste último influyen otros factores como el retraimiento de la superficie destinada al cultivo, coincidiendo además con las alteraciones de precios y una política coincidente entre los principales países productores.
La producción agrícola se completa con otros productos como trigo, azúcar, cebada, maíz, arroz, cacao, tabaco, sorgo y palma, junto con otros de menor importancia en cuanto a su volumen de producción. Entre las frutas destaca el plátano, del que Colombia es de los más destacados productores del área iberoamericana. De igual forma es importante la producción de hortalizas y de flores, que son rubros importantes de exportación en los últimos años.